Y los sueños, como decía Calderón, sueños son.
No se puede ganar un partido sin salir de la cueva en ochenta minutos, solo en el doce se vio un rayo de luz gracias a Gerardo pero ni aún así supieron administrar los de Juan el tanto, incapaces de ligar un solo contragolpe en toda la tarde, con unos indices de posesión lamentables y un repliegue defensivo inútil por primario, ingenuo y preocupante.
El 9 visitante, castigó la falta de acierto rematador del Sta. María. El Sta. María necesitaba ganar y con contundencia para disipar dudas de la falta de acierto de sus delanteros. Los errores arriba le dieron vida a un Sant Jordi en la primera parte y le permitieron crecer en la segunda para acabar ganando el partido.
Tras dos ocasiones claras del equipo local, llegó el gol visitante por un error en marcaje de los centrales y la tardía salida del cancerbero, que no pudo hacer nada para evitar el tanto de vaselina. Pasaron los minutos y aparecía el cansancio, lo que le dio más opciones a un Sant Jordi que comenzó a tener más la pelota. Marcó el 5 con un gran disparo desde el interior del área pequeña en un córner en el que se adelantó a los centrales, otra vez, y en esta ocasión al portero, que se quedó esperando con los brazos abiertos la llegada del balón que no llegaría a sus manos pero sí al fondo de la red. Treinta minutos no fueron suficientes para igualar el encuentro.
El Sta. María es uno de los equipos más vulnerables en las jugadas a balón parado. Cada córner o falta lateral crea una situación de alto riesgo. Por contra, nosotros no logramos darles ni mareos.
Esta semana nos toca bogar fuerte, más si cabe, visitamos al San Pedro. A nuestro favor que no pasó del empate con el Son Oliva y esto nos puede dar alas, codiciamos su segunda plaza
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